jueves, abril 20, 2006

Mensaje de agradecimiento y despedida a nuestra querida Amiga y Maestra (Ven. Damcho)

A nuestra querida Amiga y Maestra, la Venerable Dhamcho:

Con respeto, cariño y devoción, hoy te damos gracias. Sabemos la gran responsabilidad que significó para ti el dirigirnos en esta tu primera peregrinación como maestra. Reconocemos la gran cantidad de energía, física, mental y emocional que has invertido en nosotros, sacrificando tiempo que bien podrías haber estado dedicando a tus estudios….

Agradecemos con el alma la paciencia que has tenido con nosotros, ya que ninguno de nosotros te puede llegar a los tobillos ni en cuanto a compromiso con el dharma, ni en capacidad física para bregar con la India y todas las contradicciones que ella nos presenta.

Agradecemos con el corazón la gran atención que le has dado al que pudiéramos establecer lazos kármicos con tantos seres, maestros y enseñanzas maravillosas.

Agradecemos tu bondad, la ternura con la cual te preocupaste por la salud de cada uno de nosotros y las gestiones que hiciste para procurar por nuestras necesidades.

Agradecemos, inclusive, que nos hayas empujado más allá de nuestros límites, porque nos has ayudado a conocernos mejor bajo estrés.

Y agradecemos cada una de las libras que nos has ayudado a perder teniéndonos p’arriba y p’abajo, este agradecimiento viene especialmente de aquellas que llevábamos mucho tiempo tratando de rebajar.

En agradecimiento te ofrecemos la promesa de intentar dentro de lo que nos sea posible vivir vidas virtuosas que reflejen la ética y moralidad que nos ha transmitido el Buda a través de maestros como tu. Y como no tenemos mucho más que ofrecerte, te ofrecemos nuestros hogares, nuestro Puerto Rico y nuestro Méjico, nuestros adoquines, nuestro arroz con habichuelas o frijoles, nuestro café, y la brisa de nuestro mar. Todo lo nuestro es tuyo, maestra y amiga. Y sobre todo, te ofrecemos nuestras prácticas.

Te pedimos de corazón que nos perdones si de alguna forma te hemos ofendido o decepcionado. Cualquier error que cometimos, ya fuera como estudiantes, o como amigos, por favor, perdónanos. A pesar de cualquier diferencia que pudiera haber surgido durante esta aventura, queremos que sepas que hemos hecho lo mejor que hemos podido, y que nada nos haría más felices que el saber que tú te sientes tan orgullosa de llamarnos “mis amados discípulos” como nosotros de llamarte “nuestra amada maestra.”

Nos regocijamos enormemente en el mérito que has podido acumular durante estas tres semanas de dharma intensivo, y del mérito que, gracias a ti, y bajo tu dirección, hemos llegado a acumular nosotros individual y grupalmente. Ninguno de los logros espirituales que hemos alcanzado aquí los hubiésemos podido alcanzar sin ti. Regocíjate en eso cada vez que te acuerdes de este viaje.

No queremos despedirnos sin antes suplicarte que por favor, rápidamente, rápidamente, rápidamente, tan pronto como te sea posible, nos visites nuevamente. Por eso te estamos invitando oficialmente a que regreses tanto a Puerto Rico como a Méjico en el 2007, para que puedas continuar girando la rueda del Dharma para todos aquellos que vivimos sedientos de enseñanzas.

Te pedimos con todo nuestro corazón, que te cuides, que comas, que descanses y que vivas una larga, larga, vida, para que estés con nosotros durante muchos años, y para que tantos discípulos, especialmente aquellos de habla hispana a través de todo el mundo, podamos seguirnos beneficiando de tus enseñanzas durante largo, largo tiempo.

Todas las virtudes que hayamos podido acumular durante esta travesía las dedicamos a la liberación de todos los seres sintientes ya que gracias a maestros como tú estamos bien conscientes de nuestro compromiso y responsabilidad para con todos los seres que siguen atados a las cadenas del samsara. Dedicamos también nuestros méritos al éxito en tus estudios; para que no aparezcan obstáculos que impidan el que puedas alcanzar las metas que te has trazado.

Nos harás mucha falta este año, querida Dhamchito, pero recuerda siempre que estarás presente en nuestros altares, en nuestras prácticas, en nuestras meditaciones, y sobre todo, en nuestros corazones….Te queremos mucho….